martes, 25 de febrero de 2014

Las cosas se llaman por su nombre: contra los pensadores anales

Reflexiones en torno a la violencia política que atraviesa Venezuela

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Después de 13 días de manifestaciones de calle por parte de sectores de oposición al gobierno de Nicolás Maduro uno tiene tiempo suficiente para escribir algunas reflexiones. No son publicaciones en facebook ni mensajes rodando en twitter los que nos llevarán a una reflexión seria de la situación que atraviesa el país. Aclaro que esta tampoco pretende ser una reflexión profunda. Hay cientos de artículos de opinión publicados por esta y otras vías a los cuales considero se gran pertinencia y acierto (recomiendo dos: “Sobre la coyuntura crítica de la Venezuela actual” de Juan Romerohttp://www.aporrea.org/oposicion/a182652.html y “Desactivar el fascismo” de Ronald Denis http://www.aporrea.org/actualidad/a182411.html), Quisiera despejar ciertos puntos sobre la mesa, para algunos claros, para otros no tan claros –o no necesitan aclararlos-.
A las personas desesperadas por este desorden quienes me preguntan “¿Cómo piensan acabar la delincuencia con más vandalismo?”, o “¿Cómo van a mejorar el país si lo que están es destruyendo todo y empeorando todo?”, dejarles clara la respuesta: nadie quiere mejorar nada. Estamos en presencia de un golpe de estado. Es decir, un grupo de poder que hace las presiones necesarias para tomar el poder de manera violenta. El caos es aliado de este interés. Entre los cientos de ciudadanos que han salido a la calle (muchos descontentos y de regreso a su casa por las acciones irracionales emprendidas) hay mucha ignorancia, en otros, mucho odio, hormonas y sin vergüenzura. Pero el juego lo tienen claro los actores políticos. Desde los rectores, hasta los alcaldes, algunos militares y gobernadores, los medios de comunicación, los dirigentes de los partidos políticos, y los ciudadanos que no razonamos con el ano.  
Empecemos por lo primero. La supuesta estudiante violada –escena número uno del teatro mediático paralelo, por la cual inició todo este alboroto- nunca ha salido a denunciar ni a declarar, es decir, nadie la conoce. Al mejor estilo religioso estuvo omnipresente en las demandas de las primeras manifestaciones del “movimiento estudiantil”.  En este punto, iniciamos una reflexión en torno a eso que llaman desde la media “movimiento estudiantil”. Sin ganas de irrespetar a las personas que estén protestando desde su identidad de estudiantes, vale la pena decirles lo que para nadie es un secreto –nadie con algo de experiencia en el campo- que en Venezuela todo movimiento estudiantil con capacidad de logística y recepción mediática al nivel que han tenido estos, son grupos delincuenciales que se ocultan detrás de un carnet universitario para mantener sus mafias a lo interno de nuestras queridas y autónomas universidades. Aceptemos que eso no lo dirá VTV o CNN, pero todos quienes estudiamos en una universidad autónoma lo sabemos. Es un secreto a voces.
En este sentido, han pretendido hacer ver estas protestas como algo ajeno al poder político, como algo estudiantil (puro, autónomo, digno de ser apoyado…). Si con la reflexión anterior no es suficiente, les recuerdo también que estos grupos a lo interno de las universidades no son cánceres aislados, representan militancia e intereses de partidos políticos tradicionales de la vida nacional. Quien no sepa que UNTe 9 es parte de la juventud de Un Nuevo Tiempo, o que Justicia Universitaria 7 es lo mismo para Primero Justicia, vive su cotidianidad en algún capítulo del El Chavo. Lo mismo ocurre con todos los grandes “movimientos estudiantiles” de La Universidad del Zulia, vístanse del color que se vistan. Entiendo que la misma realidad se repite en todo el país: poco de autónomos y puritanos. Entonces aclaramos que desde un principio, detrás de estas protestas están los partidos políticos tradicionales, como siempre, vestidos de cordero.
En segundo lugar, creo que para todos es sabido lo poco pacífica que han sido estas protestas. La excusa constitucional de “protesta pacífica” se derrumba cada día más. Quienes trancan calles, colocan guayas, mojan de aceite las carreteras, incendian basura, atacan edificios públicos, agreden centros de salud, incendian camiones con comida, queman sedes de partidos pro-gobierno… no pueden llamarse pacíficos. Sobre este punto creo que pocos pueden tener dudas. Sin embargo, es interesante como nuevamente el disfraz de cordero sale a relucir cuando acusan de estos y otros actos violentos a los “colectivos”. Muchos de sus seguidores, como es de esperar, inocente o malévolamente, creen esta mentira. Nuevamente con esto probamos varias cosas, primero, el nivel de disociación psicótica que algunos de estos compañeros poseen en su configuración psíquica, y segundo, la confianza que se debe tener a los dirigentes de la oposición nacional. Adelante conversaremos sobre los colectivos.
Puntualicemos que estamos ante protestas violentas que alteran el orden constitucional y el derecho de los venezolanos. Recordando que detrás de estas protestas están los intereses de los partidos políticos, es decir, la toma del poder por vías no constitucionales, entonces los organismos del estado deben responder. Como todo organismo cuando está siendo atacado, su deber es responder. ¿Responder para qué? Para preservar y garantizar la continuidad del orden. ¿Esto qué significa?, significa que si sales a la calle a violentar la ley y tomando como bandera de lucha “Maduro te vas pal coño” o similares, ten seguro que debes encontrarte con algo llamado Estado que va a defender su orden. Te recuerdo también que no conocemos una experiencia en la historia de la humanidad en donde el Estado se defienda con flores, para eso existen los cuerpos represivos, para hacer valer el consenso –derechista por cierto- “del uso legítimo de la fuerza”. Esta es una de las misiones del Estado. La protesta es constitucional, la guarimba no. Tengan los pantalones y la valentía de asumir sus actos y consecuencias. Si sales a pedir un golpe de estado, no llores cuando el estado te dé el golpe.
Por otra parte, como millones de venezolanos y latinoamericanos, formo parte de un colectivo. Nuestro colectivo hace vida en el estado Zulia y en otras partes del país (pueden ver  nuestro trabajo accediendo ahttp://colectivocimarron.blogspot.com/). Como organización nunca hemos tenido la necesidad de estar armados. Detengámonos en este punto y recordemos por que existían en Venezuela colectivos armados. La represión brutal de los órganos represivos del estado contra las organizaciones de izquierda durante la cuarta república era tal que armarse resultó ser la única forma de sobrevivir (literalmente: política y físicamente). En esta relación se consagraron bastiones de resistencia como el 23 de enero en Caracas. Desde la llegada de presidente Chávez a Miraflores todos estos colectivos comenzaron a acercarse a los organismos legítimos de seguridad, al poder constituido, y progresivamente han abandonado las armas. Discutir si es políticamente acertado no corresponde a esta reflexión. La estocada final la dio el presidente Maduro desde el comienzo de su discurso por la paz (principios del año pasado). En este sentido dudo que queden colectivos armados en el país. En caso de haberlos, estos tendrían la claridad política para entender que atacar a las manifestaciones sería ponerle la Faja Petrolífera del Orinoco en la mesa a las petroleras gringas y europeas. En este sentido, sería pertinente remitirse a pruebas concretas de la vinculación de algún colectivo revolucionario a focos de violencia pues vestirse de rojo y andar en moto es sencillo para cualquiera.
Además de esto, me avergüenza ver como amigos y compañeros cercanos reproducen estas acusaciones hipócritamente contra los colectivos. Durante años, desde mi militancia en la Universidad del Zulia, en mi comunidad y ahora en espacios muchas otras comunidades, he invitado a compañeros de oposición así como a quienes no se identifican políticamente, a participar en los espacios de construcción popular que hemos impulsado como organizaciones. No somos gobierno, somos pueblo como ustedes. Pocas son las veces que alguno se acercó, quienes lo hicieron no duraron mucho tiempo. De esta manera sería bueno mirarse al espejo y preguntarse ¿tengo la moral pa señalar a algún colectivo revolucionario como asesinos? Permítanme decirles que son bien cara duras y sin vergüenzas. Impulsamos procesos de rescate de espacios públicos como canchas, salones de clases, consultorios médicos; colaboramos con la consolidación de proyectos comunitarios para resolver diversas problemáticas; articulamos espacios de estudio e investigación para el avance en las soluciones de las dificultades que atraviesa el país; militamos en las luchas para impedir la apertura de nuevas minas de carbón en el Zulia, cosa de aniquilaría el ecosistema de la Sierra de Perijá y la cotidianidad en el consumo de agua del zuliano; militamos en las luchas por la demarcación de las tierras a los grupos originarios del estado Zulia y toda la fuerza moral y ancestral que esto implica; impulsamos proyectos agro-productivos para colaborar desde nuestro espacio al cambio del modelo productivo venezolano, enseñando a las comunidades la necesidad de la siembra para superar de una vez por todas las crisis cíclicas del rentismo nacional y encaminar al país hacia una cultura productiva, atacando de raíz al problema de la inflación y la escasez; entre innumerables cosas más por las cuales día a día todos los colectivos de este país luchamos. ¿Con que moral tú, filósofo del facebook, militante de las discotecas y los videojuegos, nos señalas de asesinos?, como diría Zambrano “póngase a hacer para poder saber”. Simplemente ignorantes. 
Es interesante, continuando la idea anterior, destacar que en 13 días de protestas, no se ha escuchado alguna cosa que no sea “fuera Maburro”, “Nicolás vete ya”, “queremos harina pan”, “¿hasta cuando la delincuencia?, fuera cubanos”… En Venezuela hay infinidad de cosas por las cuales protestar. Militantes de cualquier tolda política podemos protestar juntos por varias de estas penurias. Pero pregunto ¿más o menos cual es la protesta? Como lo dije anteriormente, decir “Maduro te vas pal coño”, más que una protesta es sinónimo de golpe de estado.  Para protestar, además de problemas (los cuales sobran) se deben tener propuestas de soluciones. ¿Cuáles son las propuestas para solucionar los problemas? La diversidad de colectivos en el país tenemos propuestas diferentes a las que impulsa el gobierno; otros partidos políticos pro-gobierno tienen propuestas diferentes a las auspiciadas por el PSUV; desde mi individualidad tengo propuestas diferentes. Eso se llama democracia. En cada espacio donde participo, como colectivo o como individuo, dejo claras cuáles son nuestras propuestas, algunas son escuchadas, otras ignoradas. Así es el juego democrático.  Señores: además de quemar cauchos y arranchar postes ¿cómo acabamos con la inseguridad? No he escuchado al primer dirigente opositor y menos manifestantes, hablando de algún plan alternativo al Plan de la Patria (plan oficial del gobierno).
Por esta incapacidad política la oposición venezolana continúa representando una alternativa anal. Por ello, en no pocos estados del país, las fuerzas revolucionarias no gubernamentales (PCV; Tupamaro, UPV, entre otros) representan electoralmente la primera o segunda alternativa. Así debe ser, para ello debemos trabajar.
Para finalizar, reflexiono en este último año de gobierno sin Chávez y si algo queda claro es que Chávez está muerto. No existe rastro de Chávez en este estado. Este es un nuevo gobierno, el cual a pesar de su ambigüedad política y paradójica incapacidad institucional, debemos acompañar y defender en este momento histórico. Ante esto, llamar a la organización popular a no caer en el espejismo de la Venezuela con Chávez, no esperar llamados del papá estado. El principal –no el único- aliado de nuestras luchas dentro del gobierno se llamaba Chávez, ya no está. El movimiento popular debe reencontrarse, organizarse, pensarse, alejarse del jalabolismo institucional. Sólo el pueblo salva al pueblo. El estado es estado, y algunos creemos que hay que sustituirlo por nuevas formas más eficaces. Chávez en la entrevista ofrecida a José Vicente Rangel el domingo 1 de octubre de 2012 (una semana antes de su última victoria electoral) señalaba, después de 14 años como presidente y líder de esta revolución, que él era un infiltrado en el estado y que dudaba de la vía democrática para hacer la revolución. No se confunda esto como un llamado a la revolución violenta. Considero que la democracia y la paz son valores que deben cultivarse profundamente en nuestras sociedades. Empero sirva su señalamiento para la reflexión de las limitaciones que desde el estado tiene, el propio presidente, para su transformación.
Mantengamos la calma, el mundo girará varios millones de años más y nuestro petróleo alcanza para par de siglos más. La revolución bolivariana es del pueblo, pase lo que pase, debe seguir siendo popular. Estudio, organización y avance, bajo cualquier circunstancia los revolucionarios debemos avanzar en la conquista de la felicidad y la libertad. Con o sin el Estado.
¡Chávez vive!, en su pueblo vive.

Texto:  
Fuente: http://www.aporrea.org/actualidad/a182888.html
25.02.14
@cimarronv

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